Tras la victoria de los Dodgers en la Serie Mundial el miércoles por la noche, la ciudad de Los Ángeles se vio inundada por la euforia de sus fanáticos. Las celebraciones, que comenzaron inmediatamente después del último out del Juego 5, se extendieron por toda la ciudad, con especial intensidad en las inmediaciones del Dodger Stadium, Echo Park, el centro y el este de Los Ángeles.
Decenas de miles de aficionados llenaron las calles ondeando banderas, encendiendo fuegos artificiales y haciendo sonar las bocinas de sus autos. Se registraron varios casos de autos realizando maniobras circulares cerca de Sunset Boulevard y Vin Scully Avenue, mientras multitudes de espectadores aplaudían.
El Departamento de Policía de Los Ángeles, ante la magnitud del evento, declaró la reunión como ilegal y ordenó a la multitud dispersarse poco antes de las 10 p.m. Sin embargo, cerca de la medianoche, un grupo de personas, en un incidente aislado, vandalizó un autobús del Metro antes de incendiarlo cerca de Sunset Boulevard y Echo Park Avenue.
Es importante destacar que, aunque la gran mayoría de las celebraciones se desarrollaron de manera pacífica, este incidente demuestra la necesidad de mantener el orden durante eventos masivos para evitar comportamientos que ponen en riesgo la seguridad pública.