Tras más de dos décadas de carrera en el mundo de la política, la puerta a una diversidad de caminos se abre ante ella.
Mientras la posibilidad de una nueva candidatura presidencial en 2028 ronda en el aire, algunos analistas consideran que el Partido Demócrata podría optar por una nueva cara en las próximas elecciones. Sin embargo, Harris tiene una base de apoyo sólida y su historia de lucha por causas como la justicia social podría jugar un papel clave en su posible regreso a la política.
Otra opción en la mesa es una candidatura a un cargo inferior, como el Senado o la gobernación de California. Sin embargo, la competencia interna dentro del partido demócrata en California podría dificultar su camino en este ámbito.
Pero la política no es el único campo que le ofrece posibilidades. La trayectoria de Harris en el mundo legal y su experiencia en Washington la convierten en una figura atractiva para el sector privado. Grandes bufetes de abogados o grupos de cabildeo podrían abrirle sus puertas, pero este camino podría generar un conflicto con su base de apoyo y sus aspiraciones políticas.
La posibilidad de unirse a un laboratorio de ideas o dedicarse a la defensa de causas sociales también está sobre la mesa. Temas como la justicia social, el cambio climático o los derechos humanos podrían ser el centro de su trabajo, permitiéndole mantener una influencia en el ámbito político.
Un libro sobre su experiencia en el gobierno de Biden, sus interacciones con el presidente y su candidatura contra Trump podría ser otro proyecto en su futuro. Un testimonio sincero sobre los eventos políticos recientes podría atraer la atención del público y reforzar su posición en el escenario político.
Sin importar el camino que elija, Kamala Harris sigue siendo una figura con la capacidad de influir en la política estadounidense. Su futuro es incierto, pero lleno de posibilidades.