Según fuentes cercanas al gobierno, el arancel general del 25% podría afectar a una amplia gama de productos, desde la gasolina hasta los alimentos y los vehículos. Canadá es uno de los principales proveedores de petróleo crudo a Estados Unidos, especialmente después de la expansión del oleoducto Trans Mountain. Un arancel del 25% sobre este crudo podría aumentar los precios de la gasolina entre 25 y 75 centavos por galón.
La industria agrícola también se vería afectada, ya que México es un proveedor clave de productos agrícolas para Estados Unidos. En 2022, EE. UU. importó productos agrícolas por valor de 44.100 millones de dólares desde México. Entre los productos más importantes se encuentran los aguacates, de los cuales el 90% provienen de México. Un arancel del 25% a estos productos podría disparar el precio de alimentos como guacamole y otros productos agrícolas importados.
La industria automotriz también se vería afectada, ya que México es el principal proveedor de vehículos a Estados Unidos, con importaciones por un valor de 130.000 millones de dólares en 2023. Muchos fabricantes de automóviles han trasladado su producción a México para aprovechar los costos más bajos de fabricación. La imposición de un arancel del 25% aumentaría significativamente los costos de los vehículos y sus partes, lo que podría traducirse en precios más altos para los consumidores estadounidenses.
La dependencia de Estados Unidos de las importaciones de México y Canadá ha aumentado en los últimos años, convirtiendo a estos países en los principales exportadores de bienes a EE. UU., por encima de China. En 2023, México superó a China como el mayor exportador de productos a Estados Unidos, lo que refleja un cambio significativo en las relaciones comerciales.
En resumen, la imposición de aranceles del 25% sobre los productos importados de México y Canadá podría tener consecuencias económicas profundas para los consumidores estadounidenses. Desde la gasolina hasta los alimentos y los vehículos, una amplia gama de productos se encarecería, lo que podría afectar el poder adquisitivo de los hogares y aumentar la inflación.