Entre los afectados se encontraban Jim Himes, Jahana Hayes, Joe Courtney, John Larson y Rosa DeLauro, quienes confirmaron el incidente en declaraciones escritas. Además, la oficina del senador Chris Murphy también informó que él había sido uno de los objetivos de estas amenazas.
Según fuentes cercanas a la investigación, las amenazas parecían formar parte de un patrón coordinado, afectando a varios miembros del Congreso y otras figuras públicas. "La amenaza de bomba dirigida a mi casa en Hartford parecía ser parte de un patrón coordinado", indicó el portavoz de Murphy.
Entre las amenazas recibidas se encontraba una dirigida a Jahana Hayes, quien recibió un correo electrónico que indicaba la presencia de una bomba en su buzón. Afortunadamente, la policía respondió rápidamente y no se encontraron materiales explosivos.
Hayes expresó su agradecimiento por la rápida respuesta de la policía y enfatizó que "este tipo de violencia política no tiene cabida en nuestro país". Otros congresistas, como Jim Himes, también expresaron su gratitud hacia las autoridades locales y estatales.
El FBI está colaborando con las autoridades locales y estatales para esclarecer los hechos, aunque aún no ha ofrecido detalles sobre el progreso de la investigación. La Policía del Capitolio ha advertido que estos tipos de incidentes han ido en aumento en los últimos años.
Las amenazas a los legisladores de Connecticut resaltan un patrón de violencia política que ha afectado a figuras públicas en todo el país. A pesar de los sustos, las autoridades aseguran que no se ha encontrado ninguna amenaza real, y las investigaciones continúan en curso para identificar a los responsables de estas intimidaciones.