Según un documento judicial, Alexander Smirnov se declaró culpable de obstrucción a la justicia por sus mentiras. La motivación detrás de su falso testimonio era política, ya que los republicanos utilizaron sus acusaciones en la campaña de las elecciones de 2020.
Smirnov había declarado al FBI que el presidente Joe Biden y su hijo Hunter habían cobrado comisiones ilegales por negocios en Ucrania. Sin embargo, los investigadores no encontraron ningún indicio que respaldara esta acusación. A pesar de esto, los republicanos se aferraron a su declaración como un clavo ardiendo para tratar de acusar a Biden de corrupción.
El confidente transformó sus contactos comerciales rutinarios con la empresa ucrania Burisma en acusaciones de soborno sin fundamento contra los Biden. Fue cambiando su versión de los hechos, entrando en contradicciones y mintiendo para fabricar artificialmente un escándalo.
Los delitos cometidos por Hunter Biden, por compra y posesión ilegal de un arma y por evasión fiscal, no están relacionados con las acusaciones de corrupción. Sin embargo, estas acusaciones llevaron a la designación de un fiscal especial que escudriñase los actos del hijo del presidente durante los últimos años.
El acuerdo para declararse culpable se ha conocido este jueves en un documento judicial. "A pesar de las repetidas amonestaciones de que debía proporcionar información veraz al FBI y de que no debía fabricar pruebas, el acusado proporcionó información difamatoria falsa al FBI sobre el Funcionario Público 1 [Joe Biden], un cargo electo de la Administración Obama-Biden que dejó el cargo en enero de 2017, y el Empresario 1 [Hunter Biden], el hijo del Funcionario Público 1, en 2020, después de que el Funcionario Público 1 se convirtiera en candidato a la presidencia de los Estados Unidos de América", recoge el relato de los hechos.
Smirnov no se declara culpable solo por sus falsedades, sino que también admite delitos fiscales. El documento judicial señala que recibió más de 2,3 millones de dólares de fuentes no identificadas entre 2020 y 2022, mientras lanzaba sus acusaciones.
Los fiscales señalaron que Smirnov tenía lazos con la inteligencia rusa. Las penas máximas por los delitos que cometió ascendían a 35 años de cárcel, tres de libertad condicional y multa de al menos un millón de dólares. Sin embargo, en virtud del acuerdo y de las directrices del Departamento de Justicia, el documento apunta a que se le impondrá una pena de cuatro a seis años de cárcel, un año de libertad condicional y la restitución de 675.000 dólares en impuestos no pagados.
El acuerdo debe ser aprobado por un juez federal.