Según los documentos judiciales y reportes de investigadores, Rose confesó haber despertado ese día con la intención de "terminar con todo" y matar a sus dos hijos y a su esposo, incluso a ella misma. "Quería terminar con todo", dijo Rose a sus familiares, según narran los documentos judiciales. La policía intervino dos veces en su residencia en los últimos meses, lo que ha generado preguntas sobre cómo se manejaron estas situaciones.
La noche del incidente, Rose contactó a los servicios de emergencia para informarles que había ahogado a su hija mientras la bañaba. Cuando los agentes llegaron a la vivienda, encontraron a la bebé aún con signos vitales. La trasladaron a un hospital cercano, donde el personal de emergencias confirmó el fallecimiento. La investigación reveló que Rose había llenado la bañera principal con agua y colocó una bañera más pequeña dentro, donde puso a su hija. Luego, "volteó la cabeza de la niña hacia un lado para no verla mientras se ahogaba", según narran los documentos judiciales.
Tras el terrible hecho, Rose pensó en saltar por la ventana, pero en vez de eso, confesó a su esposo lo sucedido, quien corrió al baño para realizarle maniobras de resucitación y le pidió a Rose llamar al 911. Rose se desempeñaba como consejera clínica profesional con licencia; trabajaba con niños y familias, según lo dicho por una terapeuta que la conocía, pero en el momento en que ocurrió el incidente se encontraba desempleada.
La policía ha intervenido en la residencia de Rose en dos ocasiones anteriores. En julio, fue solicitada una verificación de bienestar, y en octubre, Rose llamó al 911 para reportar que su bebé no respiraba. En ambas ocasiones, Rose afirmó que todo estaba en orden. Rose Colgan fue arrestada en el lugar de los hechos y se encuentra detenida sin derecho a fianza en la cárcel del condado de Montgomery, acusada de asesinato en primer grado, en espera de una evaluación de salud mental antes de su audiencia judicial.