Recientemente, Donald Trump ha utilizado una fotografía que lo muestra junto a la primera dama Jill Biden durante la reapertura de la catedral de Notre Dame para promocionar su nueva línea de fragancias. La imagen se publicó en su red social Truth Social con el mensaje: "¡Una fragancia a la que tus enemigos no podrán resistirse!". La Casa Blanca no ha emitido un comunicado oficial sobre este tema, que ha sido considerado como una práctica poco ética por parte del republicano.
Los perfumes en cuestión se llaman Fight, Fight, Fight (Lucha, lucha, lucha) y tienen versiones para hombre y mujer. Según la página web de las fragancias, "cada una de ellas simboliza la victoria y la fuerza", y el propio presidente electo las describe como "un gran regalo" para la Navidad. Cada botella se vende por 199 dólares y es marca registrada de su empresa CIC Ventures LLC.
Este año, se han lanzado varios productos con el nombre de Trump, como sus tenis Trump Crypto President, que se venden por 299 dólares, y los zapatos First Lady, que cuestan 299 dólares. Ninguno de estos productos admite devoluciones, y se desconoce cuál ha sido el rendimiento hasta la fecha.
La empresa de Trump, CIC Ventures LLC, reportó ingresos de 4,5 millones de dólares en 2023 por un libro publicado por la editorial conservadora Winning Team. Sin embargo, la forma en que Trump genera dividendos también ha generado polémicas. Sus calzados deportivos no son fabricados en Estados Unidos, sino en países como China e India, lo que contradice su discurso proteccionista del empleo y la producción estadounidense.
Se sabe que Trump tiene acuerdos comerciales con productores extranjeros para la fabricación de zapatos con su nombre desde 2010. Su relación con la empresa 45Footwear LLC, que se encarga de la fabricación y distribución de productos, también ha generado críticas. La empresa utiliza el nombre e imagen de Trump bajo licencia, pero los socios anónimos de Trump permanecen en estricto anonimato.
La rapidez con la que han llegado los productos al mercado antes de su toma de posesión ha generado interrogantes sobre si finalmente Trump se apartará o no de sus negocios durante su segundo mandato. "Podría dirigir mis empresas y ser presidente al mismo tiempo", dijo en 2017, haciendo énfasis en que la Constitución de Estados Unidos no le impide abandonar sus negocios mientras se encuentre en la Casa Blanca.
La situación ha generado críticas y preocupaciones sobre la ética y la transparencia en la gestión de los negocios de Trump. La organización Ciudadanos por la Responsabilidad y la Ética en Washington ha expresado su preocupación sobre la falta de transparencia en la gestión de los negocios de Trump y la posibilidad de conflictos de intereses.