Recientemente, un caso en Los Ángeles ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias y a las fuerzas del orden. Se trata del protonitazeno, una nueva droga sintética tres veces más potente que el fentanilo, que ha sido relacionada con al menos una muerte en el condado. Este suceso, ocurrido en el contexto de una investigación federal, involucra a Benjamin Anthony Collins, de 21 años, residente de Santa Clarita, acusado de distribuir la sustancia.
Según los documentos judiciales, Collins vendió pastillas que contenían protonitazeno a una víctima de 22 años, residente de Stevenson Ranch, quien falleció tras consumirlas en el interior de su vehículo. "Este es el primer caso confirmado de muerte por protonitazina en el país," afirman los documentos. La rapidez con la que esta sustancia ha emergido como un sustituto del fentanilo, y su mayor letalidad, son extremadamente preocupantes.
El Dr. Brian Hurley, del Departamento de Salud Pública del Condado de Los Ángeles, explica la gravedad de la situación: "La posibilidad de que las nitozinas estén disponibles en el mercado comunitario es ciertamente preocupante porque eso aumenta el riesgo de sobredosis, cuando se trata de una sustancia química muy potente cuyas pequeñas cantidades pueden marcar la diferencia entre estar cómodamente drogado y no poder respirar más".
El agente retirado de la DEA, Bill Bodner, aporta información crucial sobre el origen y la distribución de esta droga. Señala que el protonitazeno es importado, generalmente desde China, y que los distribuidores lo utilizan para falsificar medicamentos con receta, dificultando enormemente su detección. "Esta droga es tan potente que se necesita tan poca cantidad, que los paquetes que llegan son muy pequeños," explica Bodner. "No se necesita mucho para producir pastillas falsas en masa, por lo que se puede pedir un paquete relativamente pequeño, pasar por la aduana, no ser registrado (y) llegar a tu comunidad."
Las autoridades enfatizan la urgencia de la situación, pero también recomiendan el uso de Narcan (naloxona) en caso de sobredosis. Hurley añade: "Con estos opioides de alta potencia, como las nidazinas, a veces vemos casos en que las personas necesitan dosis más altas de naloxona o Narcan de lo habitual para revertir una sobredosis de opiáceos." La investigación continúa, y se espera que arroje más luz sobre la distribución y el alcance de este peligroso problema.
El desafío para las autoridades radica en la dificultad para interceptar los envíos debido al reducido tamaño de los paquetes y la sofisticada falsificación de los medicamentos. La situación resalta la necesidad de una mayor colaboración internacional y el desarrollo de estrategias innovadoras para combatir el tráfico de estas sustancias letales.