En medio de esta creciente inquietud, científicos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han detectado algo preocupante: mutaciones en la influenza aviar H5N1, específicamente en pacientes hospitalizados en Luisiana y Columbia Británica. Estas alteraciones genéticas, según el reporte del jueves, podrían “aumentar la capacidad del virus para infectar a humanos”.
Los detalles técnicos son cruciales. Los investigadores del CDC identificaron varias mutaciones en muestras de personas con enfermedades respiratorias graves. Estas mutaciones, cabe destacar, parecen haberse producido “en el cuerpo de los pacientes después de la infección, y no durante el salto del ave al humano”. Este hallazgo matiza, pero no minimiza, la gravedad de la situación.
La Dra. Deborah Birx, coordinadora de respuesta al coronavirus durante la anterior administración Trump, ha expresado su preocupación públicamente. En una entrevista con CNN, criticó duramente la respuesta del CDC, afirmando que: “Nuestro principio número uno para prevenir pandemias es la detección, y si revisan el sitio web del CDC, verán que están monitoreando más de 10,000 exposiciones, pero solo han realizado 530 pruebas.”
Según la Dra. Birx, la falta de pruebas generalizadas enmascara la verdadera extensión del problema. “Eso significa que no estamos haciendo suficientes pruebas. Y sabemos por otros virus que gran parte de la propagación puede ser asintomática. Así que estamos como con la cabeza en la arena sobre cuán extendida está esta enfermedad desde el punto de vista zoonótico, del animal al humano.” Además, la experta planteó su temor a una posible coinfección con influenza estacional, lo cual podría desencadenar mutaciones aún más peligrosas en el virus H5N1.
Su propuesta es clara y contundente: “Deberíamos proporcionar pruebas gratuitas a los trabajadores de las granjas lecheras para que puedan hacerse la prueba de forma anónima y semanal, porque querrán saber si tienen ambos tipos de gripe potencialmente circulando en su propio cuerpo para proteger a sus familias.” Este llamado a la acción refleja la urgencia y la gravedad de la situación, dejando abierta la posibilidad de un desarrollo aún más complejo.
La situación plantea interrogantes sobre la capacidad de respuesta de las instituciones ante potenciales amenazas emergentes y la importancia crucial de la vigilancia epidemiológica en la prevención de futuras crisis sanitarias.