Año Nuevo: Más allá del 1 de enero, las diversas culturas celebran el nuevo ciclo

Resulta que siete países, por mencionar algunos, tienen sus propias celebraciones, muy lejos del jolgorio del 31 de diciembre. Se trata de festividades arraigadas en la historia y la espiritualidad de sus pueblos, ofrecen una perspectiva fascinante sobre la variedad de tradiciones alrededor del globo.
Por ejemplo, en Israel, el Rosh Hashaná, su Año Nuevo, se celebra en el mes de Tishrei, entre septiembre y octubre, según el calendario hebreo. No se trata solo de una fecha; es un periodo de profunda reflexión espiritual, dedicado a la conmemoración de la creación del mundo. Las familias se reúnen para compartir comidas tradicionales como el jalá y el dag, estableciendo metas y deseos para el año que comienza.
En Irán, el Noruz, que se celebra entre el 19 y el 22 de marzo, coincide con el equinoccio de primavera. Esta festividad milenaria, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, representa la renovación de la naturaleza y el renacimiento espiritual. La preparación de las mesas haft-sin, adornadas con símbolos de prosperidad y felicidad, es un ritual central.
La diversidad continúa en Sri Lanka, donde el Año Nuevo, fijado para el 14 de abril, se basa en la astrología singalesa. La transición del sol de la constelación de Piscis a Aries marca este evento, que se celebra con tres a cinco días de vacaciones nacionales. Limpieza, juegos, y comidas festivas se convierten en elementos clave de la celebración.
El Seollal en Corea del Sur, celebrado en la segunda luna nueva después del solsticio de invierno (generalmente entre enero y febrero), es un momento para honrar a los ancestros a través del ritual Charye, ofreciendo alimentos y reforzando los lazos familiares.
En India, el Año Nuevo hindú se integra en el vibrante Diwali, el "festival de las luces," celebrado entre octubre y noviembre. Cinco días de rituales, encendido de lámparas y la simbología de la victoria de la luz sobre la oscuridad, marcan este periodo.
Arabia Saudita celebra el Año Nuevo Islámico en el mes de Muharram, el primer mes del calendario lunar islámico, con fechas variables en el calendario gregoriano. Reuniones familiares, oraciones y reflexión componen la esencia de esta celebración.
Finalmente, China celebra el Año Nuevo Lunar, también conocido como el Festival de Primavera, con un esplendor incomparable, con desfiles, danzas de dragones y fuegos artificiales, honrando a los ancestros y dando la bienvenida al nuevo año con exuberancia. El ciclo anual, entonces, se reinicia, no con la uniformidad de una sola fecha, sino con una rica variedad de ritos y tradiciones.