La inmediatez y fluidez de la conexión, algo que damos por sentado, se vio interrumpida. Esto nos recuerda la fragilidad de la infraestructura digital y la influencia de factores externos.
El foco de atención se centró en TikTok, la plataforma de videos cortos que conquistó a millones. Después de un breve periodo de inaccesibilidad el domingo, los usuarios que ya contaban con la aplicación en sus dispositivos pudieron volver a acceder a ella. Sin embargo, la sorpresa llegó al intentar descargarla: TikTok no estaba disponible en las tiendas de aplicaciones de Apple y Google en Estados Unidos.
Esta situación se originó a raíz de una orden ejecutiva firmada por el entonces presidente Donald Trump, que buscaba la venta de los activos estadounidenses de ByteDance, la empresa matriz china de TikTok. La ley, en vigor desde el 19 de enero, establecía la eliminación de la app de las tiendas si no se cumplía con el plazo de venta. Aunque inicialmente se interpretó como una prohibición completa, la realidad fue más matizada.
“Las descargas de esta aplicación están pausadas debido a los requisitos legales actuales de EE. UU.”, se lee en la Google Play Store. Mientras que en la App Store de Apple, el mensaje es: “TikTok y otras aplicaciones de ByteDance no están disponibles en el país o la región en la que te encuentras.”
Analistas sugieren que la ausencia de TikTok en las tiendas de aplicaciones podría deberse a que Google y Apple esperan protecciones adicionales antes de reintegrar la app, evitando posibles sanciones por distribuirla a pesar de la prohibición. La breve interrupción del servicio, seguida de su restablecimiento para usuarios existentes pero con la imposibilidad de descarga para nuevos usuarios, refleja la complejidad del escenario legal y político que envuelve a la popular plataforma.
El cierre temporal y la posterior reactivación parcial revelan la tensión entre seguridad nacional, política internacional y el funcionamiento de las aplicaciones que usamos a diario. La incertidumbre sobre el futuro de TikTok en Estados Unidos sigue presente, afectando no solo a los usuarios estadounidenses, sino también a la percepción global de las implicaciones geopolíticas en el entorno digital.