El centro de la controversia radica en una propuesta del presidente Donald Trump, anunciada el lunes pasado durante su discurso de investidura. Acompañado de figuras como el vicepresidente JD Vance y su hijo Barron, Trump reiteró su plan de crear el Servicio de Impuestos Externos (SIE), una nueva agencia federal destinada a la recaudación de aranceles.
Trump afirmó que esta agencia generaría ingresos "enormes" provenientes de fuentes extranjeras, financiando así iniciativas nacionales. Sin embargo, la propuesta no ha estado exenta de críticas. Se cuestiona su efectividad y su impacto en el comercio internacional.
Actualmente, la recaudación de aranceles está a cargo de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos. Esta oficina, con una historia que se remonta a 1789, no sólo recauda ingresos, sino que también cumple funciones cruciales en materia de seguridad nacional y control de importaciones. Su transformación o sustitución plantearía desafíos logísticos y administrativos considerables.
Expertos como John Foote, abogado de aduanas de Kelley, Drye and Warren, señalan que aunque el nombre "externos" sugiere que los pagos provendrían del extranjero, la realidad es que la mayoría de los pagos arancelarios provienen de empresas estadounidenses que importan productos. Esta dinámica ha generado confusión y malentendidos.
El incremento en la recaudación de aranceles durante el primer mandato de Trump, pasando de 41.600 millones de dólares en 2018 a 111.800 millones en 2022, se menciona como un argumento a favor de la propuesta. Sin embargo, la posibilidad de que Trump imponga aranceles aún mayores, incluso un arancel universal del 25% a Canadá y México a partir del 1 de febrero, desata preocupación por sus consecuencias económicas.
Abogados como Richard Mojica, de Miller & Chevalier, han destacado la falta de claridad en la propuesta, especialmente en la afirmación de que el SIE recaudará impuestos de "fuentes extranjeras". Esta ambigüedad ha alimentado las dudas sobre la viabilidad y la efectividad de la propuesta.
Incluso analistas como Scott Lincicome, del Instituto Cato, califican el nombre de la agencia como un ejercicio de "más diseño de marca que fundamento, y marca engañosa, por cierto". La discusión sobre quién asume el costo final de los aranceles – los importadores o los consumidores – continúa abierta y genera inquietud.
La orden ejecutiva emitida por Trump, solicitando a los responsables de los departamentos del Tesoro, Comercio y Seguridad Nacional que investiguen la viabilidad del SIE, deja en suspenso el futuro de esta iniciativa y sus implicaciones para la economía global.