Lluvias tóxicas en Los Ángeles: Cenizas de incendios contaminan el océano
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El impacto de estos incendios, que arrasaron miles de hogares y negocios, no se limita a la tierra. Tracy Quinn, presidenta y directora ejecutiva de Heal the Bay, describe una costa manchada de cenizas, donde los restos de electrodomésticos quemados yacen esparcidos entre el lodo. “Fue simplemente desgarrador”, comentó, al observar cómo las olas arrastran escombros hacia el océano Pacífico.
Estos escombros no son inertes. Contienen una peligrosa mezcla de pesticidas, amianto, plásticos, plomo y metales pesados. La pregunta que preocupa a científicos y funcionarios es: ¿Cómo afectará esta contaminación a la vida marina?
Mara Dias, gerente de calidad del agua de la Surfrider Foundation, señala que los fuertes vientos dispersaron humo y cenizas a decenas de kilómetros mar adentro. Investigadores del Scripps Institution of Oceanography, como Julie Dinasquet, confirman estas observaciones. “Detectaron cenizas y desechos en el agua hasta 161 kilómetros mar adentro. El olor era a dispositivos electrónicos quemándose, no a una agradable hoguera”, recuerda Dinasquet.
La situación se complica con las lluvias. El agua de lluvia recoge contaminantes y los arrastra hacia el mar a través de ríos y desagües. Dias advierte sobre la presencia de “muchos nutrientes, nitrógeno y fosfato en las cenizas, además de metales pesados y HAPs (hidrocarburos aromáticos policíclicos)”, sustancias altamente tóxicas.
Los deslizamientos de tierra en las zonas quemadas agravan el problema, añadiendo más escombros peligrosos al océano. Las autoridades del condado de Los Ángeles han tomado medidas preventivas, instalando barreras para contener los desechos, pero la amenaza persiste.
Las pruebas de agua realizadas hasta el momento no han mostrado preocupaciones de salud inmediatas, aunque se mantienen las advertencias a los bañistas. Sin embargo, estudios más profundos están en curso, analizando la presencia de metales pesados como arsénico, plomo y aluminio, además de HAPs y PCBs, contaminantes persistentes con efectos devastadores a largo plazo en la vida marina y la cadena alimentaria.
El equipo de Dinasquet investiga la dispersión de las cenizas en el océano, su profundidad y velocidad de sedimentación. Aunque los incendios forestales pueden aportar nutrientes al ecosistema, las cenizas tóxicas de los incendios urbanos costeros presentan un riesgo significativo. “Los reportes ya muestran que había mucho plomo y amianto en las cenizas”, afirma Dinasquet. “Esto es realmente malo para las personas, por lo que probablemente también sea muy malo para los organismos marinos”. La investigación continúa para determinar el alcance a largo plazo de esta contaminación.
La preocupación radica en el potencial impacto en la cadena alimentaria. Se están analizando muestras de tejido de peces para detectar metales pesados y contaminantes, pero el proceso para comprender el impacto total en el ecosistema y el suministro de alimentos será prolongado.