Ataque ruso deja a 160.000 ucranianos sin luz en Odesa
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La ciudad portuaria, estratégica para Ucrania, fue blanco de un ataque masivo con drones rusos. Oleh Kiper, jefe de la administración militar de Odesa, confirmó el impacto devastador en la infraestructura civil. No solo se dañaron edificios residenciales y automóviles, sino que también sufrieron las consecuencias un centro de salud infantil y una guardería. El saldo: cuatro heridos, entre ellos un niño, todos hospitalizados con pronóstico moderado.
Pero más allá de los daños directos, el impacto en la red eléctrica es lo que realmente paraliza a la ciudad. 160.000 residentes se encuentran sin electricidad ni calefacción, una situación crítica en pleno invierno. Las autoridades reportan la falta de suministro en trece escuelas, un jardín de infancia y varios hospitales. Si bien la infraestructura crítica funciona con generadores, la situación es precaria, forzando la apertura de centros de asistencia en el distrito de Kivski, ofreciendo refugio, baterías portátiles y alimentos a los afectados por la falta de calefacción.
“Ayer mismo, tras la tristemente célebre reunión de Riad, se hizo evidente que los representantes rusos habían vuelto a mentir al afirmar que no atacaban al sector energético de Ucrania,” declaró Volodimir Zelensky, presidente de Ucrania, en un comunicado a través de X, condenando el ataque y acusando a Rusia de falta de veracidad sobre sus objetivos militares. El presidente ucraniano agradeció el esfuerzo de los equipos de emergencia y reiteró su postura sobre la falta de confiabilidad de Rusia en las negociaciones de paz.
En un giro adicional a la tensa situación geopolítica, Zelensky rechazó las conversaciones directas entre Estados Unidos y Rusia, sin la participación de Ucrania. Tras una reunión de tres horas con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, Zelensky afirmó que cualquier esfuerzo para la paz debe ser “justo” e incluir a Ucrania, Europa —incluyendo la Unión Europea, Turquía y el Reino Unido— y la colaboración en las garantías de seguridad con Estados Unidos. La situación en Odesa, con su mezcla de destrucción física y crisis humanitaria, pinta un panorama complejo y de alta tensión en el conflicto.