Elon Musk impone jornadas de 120 horas y trabajo no remunerado

El centro de la controversia es Elon Musk y su recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), vinculado a la administración Trump. La noticia, que ha generado un tsunami en redes sociales, revela un modelo laboral extremo que está lejos de las prácticas convencionales.
Según reportes de medios estadounidenses, Musk ha impuesto jornadas de trabajo de 120 horas semanales para los empleados de DOGE. Pero eso no es todo. Lo que ha generado mayor indignación es la promoción del "trabajo sin remuneración", especialmente dirigido a quienes, según Musk, poseen un "coeficiente intelectual muy alto".
En una publicación en X, Musk justificó esta drástica medida argumentando que el trabajo sería "tedioso" y generaría "muchos enemigos", pero que era esencial para erradicar el "despilfarro" gubernamental. La estrategia, sin embargo, ha desatado una ola de críticas.
La situación se agrava al conocerse que entre los empleados de DOGE hay ingenieros de apenas 19 años. Esta situación ha encendido las alarmas sobre posibles violaciones a los derechos laborales fundamentales y ha despertado preocupación sobre la explotación laboral de jóvenes profesionales.
El DOGE, cuya misión inicial era reducir costos en la administración federal, se enfrenta ahora a múltiples quejas por sus prácticas laborales. Mientras algunos celebran la iniciativa como una forma de modernizar la administración, otros auguran serias consecuencias legales para Musk y su departamento.
La polémica no se limita a las jornadas extenuantes y la falta de pago. Se cuestiona la viabilidad de un modelo que, a pesar de las justificaciones de Musk, parece contradecir los principios básicos de un ambiente laboral justo y equitativo.