45 años de prisión por muerte de niño por fentanilo en guardería de Nueva York

La historia comienza con un suceso que expone la fragilidad de la vida y las terribles consecuencias de la negligencia. El centro de la controversia es Grei Méndez, de 37 años, y su esposo, Félix Herrera-García. Ambos eran propietarios de la guardería Divino Niño, ubicada en un apartamento del Bronx. Fue ahí, en ese espacio destinado al cuidado de los más pequeños, donde ocurrió la tragedia que modificaría para siempre la vida de varias familias.
Un niño de 22 meses, Nicholas Feliz-Dominici, perdió la vida tras ingerir fentanilo. La investigación posterior reveló una impactante realidad: la pareja almacenaba y empacaba narcóticos en el mismo lugar donde cuidaban a los niños. “Un bloque de fentanilo estaba almacenado encima de tapetes de juego para niños”, según la evidencia policial. La policía encontró también equipos para el empaquetado de drogas y más paquetes de fentanilo ocultos en un área de juegos.
El hallazgo no se limitó a la muerte de Nicholas. Tres niños más sufrieron intoxicación por fentanilo, sobreviviendo gracias a la administración oportuna de Narcan. Esta situación pinta un panorama aterrador de la situación en la que se encontraban los pequeños bajo el cuidado de Méndez y Herrera-García.
Tras declararse culpable de cargos federales de drogas, incluyendo conspiración para distribuir narcóticos con resultado de muerte, Méndez recibió una sentencia de 45 años de prisión. Su esposo recibió la misma pena. Durante la audiencia, Méndez se disculpó, declarando "Quiero que todos sepan que fue un accidente. Lo siento mucho. Espero que algún día me perdonen." Sin embargo, las declaraciones de los padres de Nicholas, quienes describieron su dolor con la frase "Estamos viviendo, pero no estamos vivos", evidencian la profunda herida causada por la tragedia.
El Juez Rakoff, al dictar sentencia, mencionó la experiencia personal de perder a su hermano, contextualizando la necesidad de justicia sin ignorar el dolor. Los fiscales, por su parte, argumentaron que Méndez ignoró señales de advertencia sobre el estado de salud de los bebés y mintió a las autoridades. El Fiscal Federal Interino, Matthew Podolsky, resaltó la gravedad de la situación en un comunicado: Méndez puso a bebés de hasta 8 meses "en peligro mientras dormían, jugaban y comían en una habitación donde había más de 11 kilogramos de fentanilo escondidos debajo de sus pies."
La defensa presentó pruebas de traumas infantiles sufridos por Méndez, pero esto no atenuó la magnitud de sus acciones y las consecuencias para las familias afectadas.