Mega-cárcel en México: Plan EEUU contra el narco

La propuesta central, que está tomando fuerza en Washington, es la construcción de una mega-cárcel de máxima seguridad en México, exclusiva para los cabecillas del narcotráfico. Esta iniciativa, que contaría con la asesoría de expertos estadounidenses, busca cortar de raíz la comunicación entre estos líderes y sus redes operativas a ambos lados de la frontera. “En Washington no hay confianza en el Poder Judicial de México, ni en la seguridad de sus cárceles,” afirmó una fuente cercana a las negociaciones.
Este escepticismo se basa en las deficiencias recurrentes del sistema penitenciario mexicano. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha señalado reiteradamente la falta de seguridad y el autogobierno en muchas prisiones, donde los internos, y no las autoridades, controlan el espacio. Incluso los centros federales, supuestamente los de mayor seguridad, presentan serias falencias. Ninguno alcanza una calificación superior a nueve puntos sobre diez en las evaluaciones de la CNDH.
El proyecto de la mega-cárcel se perfila como una instalación tecnológica de vanguardia. Se contempla la inhibición total de señales celulares y satelitales, una triple protección perimetral y la utilización de custodios anónimos. La inteligencia artificial jugará un rol clave en la vigilancia, similar a sistemas implementados en prisiones de última generación como la de Minga Guazú en Paraguay.
La antropóloga Elena Azaola, experta en el sistema penitenciario mexicano, resalta la problemática actual: “Es indudable que las cárceles en México siguen en control del crimen organizado. Son centros de operación de la delincuencia, sometiendo también a los demás presos.” Para ella, la situación es crítica: “Para los perfiles de delincuentes más peligrosos, ir a una cárcel en México es tanto como estar en la calle.”
Diversos modelos internacionales podrían servir de inspiración. El “modelo Bukele” de El Salvador, con su Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), es un ejemplo. Su diseño, aunque criticado por las condiciones de vida de los internos, ha sido alabado por su efectividad en el aislamiento de los reclusos. Otras alternativas incluyen las “cárceles flotantes” propuestas en Ecuador y la cárcel de máxima seguridad “El Infierno” en Argentina, con medidas de seguridad aún más extremas que las del Cecot.
El reciente traslado de 29 líderes del crimen organizado a Estados Unidos para ser juzgados en ese país, incluyendo a figuras prominentes como los hermanos Treviño Morales y Rafael Caro Quintero, pone de manifiesto la urgencia de encontrar soluciones conjuntas para combatir el crimen organizado. La iniciativa de la mega-cárcel representa un paso significativo en esa dirección, aunque aún se encuentra en una fase inicial de negociación entre ambos gobiernos.