El papel del Departamento de Educación y el debate sobre su eliminación bajo Trump

La figura central en esta controversia es Linda McMahon, la recién confirmada Secretaria de Educación. Su llegada al cargo marca el inicio de una reestructuración significativa, impulsada por las intenciones del Presidente Donald Trump de, en sus propias palabras, “dejar sin trabajo” al departamento. Este plan, un anhelo de larga data para sectores conservadores, enfrenta un obstáculo considerable: la necesidad de una ley del Congreso para revocar la legislación de 1979 que creó el departamento.
Mientras tanto, el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), liderado por Elon Musk, ha tomado medidas drásticas. Se han registrado despidos y suspensiones de empleados, y el Instituto de Ciencias de la Educación (IES), una pieza clave para la recopilación de datos académicos nacionales, ha sido desmantelado. A pesar de las acciones, la promesa de Trump de “devolver la educación a los estados” resulta irónica, considerando que los estados ya tienen el control sobre los planes de estudio.
El debate público se ha centrado en las funciones del Departamento de Educación de los Estados Unidos. Contrario a las percepciones de algunos críticos, el departamento no diseña los planes de estudio ni impone sistemas educativos a las escuelas. Sus funciones son más bien administrativas y de supervisión.
Entre las tareas principales se encuentran:
La situación continúa evolucionando, con implicaciones de gran alcance para el sistema educativo estadounidense y para el futuro de las políticas públicas en materia de educación.