Forever 21 se declara en bancarrota: el retail en crisis

En este contexto, la segunda declaración de bancarrota de Forever 21, ocurrida este domingo, no sorprende a los expertos. La compañía, fundada en Los Ángeles en 1984 por inmigrantes surcoreanos, y que en su momento operaba cerca de 800 tiendas a nivel mundial, con 500 en Estados Unidos, se ha visto sobrepasada por las circunstancias. F21 OpCo, la empresa operadora en Estados Unidos, con aproximadamente 350 tiendas restantes, se declaró en bancarrota bajo el Capítulo 11. Esta decisión llega después de su incapacidad para encontrar un comprador para sus establecimientos.
La empresa, ahora propiedad de Catalyst Brands (resultado de la fusión entre Sparc Group y JC Penney), atribuye sus dificultades a la disminución del tráfico peatonal en los centros comerciales —donde se ubican la mayoría de sus tiendas— y a la fuerte competencia de gigantes del e-commerce como Amazon, Shein y Temu. De hecho, la presencia de pop-up stores de Shein dentro de algunas tiendas Forever 21 ilustra esta dura realidad.
Un reporte de Bloomberg, previo a la declaración de bancarrota, ya anticipaba el cierre de al menos 200 de sus tiendas restantes. Ahora, según Reuters, se planea una liquidación de sus activos a través de un proceso judicial. A pesar de esto, la compañía afirma que sus tiendas y sitio web en Estados Unidos permanecerán abiertos, al igual que sus tiendas internacionales. Los datos presentados ante la corte del Distrito de Delaware indican activos estimados entre $100 millones y $500 millones, y pasivos entre $1 billón y $10 billones, con entre 10,001 y 25,000 acreedores.
Es importante destacar que la marca Forever 21, sus derechos de propiedad intelectual y otros activos intangibles, pertenecen a Authentic Brands. Según Jamie Salter, CEO de Authentic Brands, la adquisición de Forever 21 fue "el mayor error que cometí". Sin embargo, Jarrod Weber, Presidente Global de Lifestyle en Authentic Brands Group, asegura que la decisión de la licenciataria estadounidense de reestructurar sus operaciones "no impacta la propiedad intelectual de Forever 21 ni su negocio internacional", viendo la oportunidad para "modernizar el modelo de distribución de la marca".
La situación de Forever 21 refleja la transformación radical que está experimentando el sector retail a nivel mundial, una situación donde la adaptación ágil a las nuevas realidades del mercado es fundamental para la supervivencia.