Deportación familiar: Niña con daño cerebral regresa a México

En el centro de la historia se encuentra una familia, sus nombres protegidos para resguardar su seguridad en una zona de México donde el peligro acecha a ciudadanos estadounidenses. Cuatro de sus seis hijos son ciudadanos estadounidenses, incluyendo una niña de 10 años que se recupera de una cirugía cerebral. Sus padres, sin estatus migratorio regular en Estados Unidos, se encontraban en proceso de obtener visas T, un beneficio para víctimas de trata de personas.
El incidente comenzó el 3 de febrero. La familia, viajando desde el Valle del Río Grande hacia Houston para una revisión médica crucial para la niña, fue detenida en un puesto de control. A pesar de presentar cartas de sus médicos y abogados, fueron arrestados por falta de documentación migratoria. Según su abogado, Daniel Woodward, los padres no tienen antecedentes penales.
Tras 24 horas en una instalación de detención, la familia fue deportada a México el 4 de febrero. “Fueron dejados en el lado mexicano de un puente de Texas”, relata la denuncia, presentada por el Proyecto de Derechos Civiles de Texas ante la Oficina de Derechos Civiles y Libertades Civiles del Departamento de Seguridad Nacional.
La denuncia detalla graves acusaciones contra la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). Se alega negligencia médica a la niña de 10 años, condiciones deplorables de detención para los niños, e incluso registros inapropiados, “incluyendo el cacheo de partes sensibles de sus cuerpos”. El caso subraya la falta de acceso adecuado a un abogado para los padres.
La salud de los menores es un punto crucial. La niña de 10 años, con inflamación cerebral aún presente, presenta dificultades para hablar y moverse. Además, dos de sus hermanos padecen síndrome de QT largo, un trastorno cardíaco potencialmente mortal. La denuncia afirma que, a pesar de conocer estas condiciones, la CBP no proporcionó atención médica adecuada.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) emitió un comunicado calificando los reportes como inexactos, argumentando que quien ignora una orden de deportación enfrenta consecuencias. Sin embargo, la perspectiva del abogado Woodward es diferente: "Este caso enfatiza que la administración está tomando sus recursos para tomar medidas enérgicas contra personas que son el respaldo y motor de nuestra economía."
La familia, que llegó a EEUU en 2013 buscando una mejor vida, trabajaba en la recolección y empaque de productos. Ahora, la madre se enfrenta a la angustia de la separación familiar, mientras su hijo de 17 años, ciudadano estadounidense, permanece solo en Texas.
La niña de diez años, el síndrome de QT largo en dos hermanos, el proceso de obtención de visas T… todos estos detalles pintan un panorama complejo que va más allá de simples estadísticas migratorias.