Muerte de niña en East New York: Madre arrestada tras mensajes inquietantes

Madeline Tavarez, una niña descrita por su tía como inteligente y dulce, "una niña muy, muy inteligente y dulce, que amaba a su padre", fue encontrada sin vida en la bañera de su casa. Su madre, Karla Espinal, fue arrestada y acusada inicialmente de agresión, peligro para un menor y conducta temeraria.
Horas antes de la tragedia, Espinal envió mensajes inquietantes a la tía de Madeline, residente en Florida. Los mensajes, cargados de una religiosidad intensa y fuera de lo común, advertían sobre la necesidad urgente de bautizar a Madeline, afirmando que “el diablo la quiere porque no está bautizada”. La tía, preocupada, intentó coordinar un bautismo en una iglesia, pero nunca llegó a concretarlo.
La declaración de Espinal a los oficiales, “Estaba bautizando a mi hija”, añade una capa más de misterio a un caso ya de por sí desgarrador. Sin embargo, la evidencia apunta a otra dirección. Una fuente policial mencionó la presencia de coágulos en los ojos de la menor, sugiriendo un posible forcejeo y estrangulamiento, aunque la autopsia inicial no fue concluyente.
El padre de Madeline, quien se encontraba trabajando, recibió una llamada desesperada de su madre en República Dominicana. Una videollamada de WhatsApp de Espinal mostraba a la niña aparentemente ya sin vida. Al llegar a casa, encontró la escena desgarradora y, junto a su padre, intentó reanimar a Madeline. La tía describe el angustioso momento: “Veo a Karla detrás de [mi hermano]. Mi papá la está sosteniendo porque intenta quitarle la bebé a mi hermano”.
La fiscalía de Brooklyn, encabezada por Eric González, señaló que “Este es un caso angustioso e indescriptible, que seguimos investigando para garantizar que la acusada rinda cuentas plenamente”. Espinal se declaró no culpable, y su abogada solicitó una evaluación de salud mental, la cual se espera esté lista para mayo. Mientras tanto, la familia de Madeline espera justicia y, sobre todo, respuestas a la pregunta que los atormenta: ¿Por qué?
La tía de Madeline describe a Espinal como una persona callada y reservada, sin antecedentes conocidos de problemas de salud mental. Ella insiste en que, a pesar de la tragedia, “No puedo decir que fue una mala madre. Era buena con mi sobrina”. Esta contradicción entre la imagen de una madre aparentemente cariñosa y el horrendo crimen cometido añade otra capa de complejidad al caso, dejando un vacío de información y un profundo dolor en la familia y la comunidad.
El padre de Madeline, devastado por la pérdida, lucha por sobreponerse a la tragedia y continuar cuidando a sus otros hijos. La imagen de la niña, "su pequeña oveja", acompañará su vida para siempre. Los detalles de este caso siguen siendo investigados, en busca de aclarar la verdad que se oculta tras esta trágica pérdida.