Fort Worth: 25 años del devastador tornado F3

El 28 de marzo del 2000, la rutina de una tarde cualquiera se vio interrumpida de forma dramática. No fue un sismo, ni un incendio, sino la furia desatada de la naturaleza: un tornado F3 azotó el corazón de Fort Worth. El recuerdo de esa tarde permanece vívido en la memoria de muchos. Se recuerda la escena con una mezcla de asombro y profesionalismo: “Fue una tormenta memorable, algo que recordarán”. Sus palabras se corroboran con las imágenes de archivo: un potente embudo de viento, capturado en vivo por las cámaras de televisión, destrozando el horizonte urbano. El impacto fue devastador.
El emblemático edificio Cash America, de nueve pisos, quedó irreconocible; la Torre Mallick perdió gran parte de su fachada de cristal; y la Torre Bank One (ahora conocida como "La Torre"), de 35 pisos, sufrió daños catastróficos. Las calles se convirtieron en un laberinto de escombros, un panorama que el entonces reportero Scott Gordon describió así: “Cientos de ventanas...volaron en pedazos y los vidrios llenaron las calles con muchos otros escombros…un gran peligro para quienes estaban en las aceras”.
El saldo fue trágico: dos personas perdieron la vida y otras ochenta resultaron heridas. Los daños materiales ascendieron a aproximadamente 450 millones de dólares. El impacto no solo fue físico, sino también emocional. Deborah Ferguson, presentadora de NBC 5, recuerda la angustia de esa noche, mientras reportaba la devastación, preocupada por su propia madre, quien se encontraba en la zona afectada. “Fue una lástima esperar a que me devolviera la llamada y me dijera: 'Ya encontré a tu mamá. Está bien'”.
Incluso Mike Moncrief, entonces senador estatal y ahora exalcalde, recuerda la noche como profundamente impactante: “Esto demuestra lo que la Madre Naturaleza puede hacer... lo que Dios es capaz de hacer para recordarnos lo afortunados que somos”. El recuerdo aún lo conmueve.
El impacto del tornado trascendió lo material. La tragedia expuso la fragilidad humana ante la fuerza de la naturaleza. A pesar de las heridas y la devastación, el suceso también resaltó la fortaleza colectiva de Fort Worth. Pero la tormenta no terminó ahí. El mismo sistema meteorológico generó un segundo tornado F3 que afectó a South Arlington y Grand Prairie.
La cifra de víctimas mortales, incluyendo una muerte previa al tornado por granizo, ilustra la magnitud del evento.