Sobrepoblación extrema y condiciones inhumanas en centro de detención de Estados Unidos

Fuentes periodísticas de los últimos días revelan una realidad desgarradora. Se habla de un sobrepoblación extrema en el centro de detención, diseñado originalmente para 600 personas, pero que ahora alberga a más de 1200. Según Paul Chavez, director del programa de litigios de Americans for Immigrant Justice, "muchas personas están firmando órdenes de deportación simplemente para escapar de las horribles condiciones".
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), por su parte, asegura que la sobrepoblación es temporal y que se está trabajando para solucionarlo mediante traslados y un procesamiento más rápido de los casos. Sin embargo, los testimonios de los detenidos pintan un panorama mucho más sombrío.
Los relatos, publicados por medios como Axios y USA TODAY, son desgarradores. Una mujer, que habló con USA TODAY bajo condición de anonimato, describe ser esposada a otras detenidas y trasladada durante horas sin comida ni agua. "Olíamos peor que los animales", relata otra, describiendo la situación como "sardinas en una lata". Se mencionan falta de higiene, acceso limitado a servicios básicos, y atención médica deficiente.
La situación se agrava aún más con la información sobre tres muertes en el centro desde octubre, lo que plantea serias interrogantes sobre la capacidad del centro para brindar atención adecuada. Un informe de Seguridad Nacional de 2023 ya había señalado problemas en el cumplimiento de los estándares de detención en varias instalaciones, incluyendo Krome.
A pesar de las acusaciones, el ICE afirma que los incidentes no se ajustan a sus políticas ni estándares de atención. Sin embargo, las denuncias de condiciones inhumanas persisten, con el número total de detenidos bajo custodia del ICE superando en marzo su capacidad de 41,500 camas. La política migratoria de la administración Trump se señala como un factor determinante en este aumento de detenciones a nivel nacional.
El contexto de esta situación implica una problemática de mayor envergadura que supera la capacidad de respuesta del centro de detención de Krome North, revelando una crisis humanitaria y una falla sistémica en la gestión de la inmigración.