Migrantes usan TikTok y WhatsApp para evadir a las autoridades del ICE

Imaginen por un momento la situación de miles de migrantes en Estados Unidos, enfrentando la constante incertidumbre de las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). El miedo es palpable, la vulnerabilidad latente. En este contexto, nombres como Sheidriany Pomales, una joven de 20 años que emigró legalmente en 2014, y Martin Alfaro, un residente de Filadelfia de 33 años, se convierten en ejemplos de una realidad compleja.
Sheidriany, tras descubrir en TikTok una alerta sobre la presencia de agentes del ICE cerca de su casa en Nueva York, inmediatamente utilizó WhatsApp para avisar a sus conocidos indocumentados. Esta acción, aparentemente simple, refleja una nueva forma de organización comunitaria, donde la velocidad de la información es crucial para la seguridad.
Plataformas como TikTok, Facebook y Reddit se han transformado en sistemas de alerta temprana. Sin embargo, “la desinformación y las fake news son un problema recurrente,” asegura Martin, quien monitorea la página “Phi Latinos” en Facebook. Un ejemplo de ello fue una alerta falsa sobre un operativo en una zona de restaurantes de Filadelfia, que generó pánico y paralizó la actividad comercial por un tiempo.
Esta realidad ha generado un debate sobre la responsabilidad en la difusión de información. Julia Jean-Francois, codirectora del Center for Family Life, reconoce la importancia de estas redes digitales, pero destaca la necesidad de verificación. “Esos movimientos en línea han alcanzado el impacto de las organizaciones comunitarias,” afirma, mientras que Murad Awawdeh, presidente de la New York Immigration Coalition, advierte sobre el uso estratégico del miedo por parte del gobierno.
El esfuerzo comunitario no está exento de desafíos. Algunas iniciativas, como el mapa colaborativo Juntos Seguros, han cerrado por falta de recursos. Otras, como People Over Papers, a pesar de recibir “más de 12.000 reportes desde enero,” según su organizadora Celeste, luchan contra la desinformación con un equipo de apenas 30 voluntarios. A pesar de los obstáculos y las amenazas, la necesidad de conectar y compartir información persiste, impulsando la creación y evolución de estas redes de apoyo digital.