Protestas globales contra Tesla: El impacto de Elon Musk y DOGE

El epicentro: las salas de exhibición de Tesla, aproximadamente 200 de las 438 tiendas y 100 centros de servicio a nivel global, según datos de La Opinión. Detrás de las pancartas y los letreros, un nombre resonaba con fuerza: Elon Musk. Pero la narrativa tras las protestas iba mucho más allá de una simple inconformidad con la figura del multimillonario.
El origen se encuentra en las políticas implementadas por Musk desde el Departamento de Eficiencia Gubernamental de Estados Unidos (DOGE), tras la vuelta de Donald Trump a la presidencia en enero de 2025. Se acusa a Musk de recortes masivos de personal y el desmantelamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), acciones que, según los manifestantes, reflejan una visión políticamente sesgada y dañina.
La situación se agravó con las mentiras públicas de Musk sobre el gasto federal, tergiversando informes oficiales como el de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno de 2024. Acusaciones infundadas sobre inmigrantes indocumentados obteniendo prestaciones sociales de manera fraudulenta, también sumaron a la indignación general. Un juez federal dictaminó, el 18 de marzo, que el desmantelamiento de la USAID por parte del DOGE probablemente violó la Constitución.
Las protestas, bautizadas como “Tesla Takedown”, se caracterizaron por su naturaleza pacífica, con bailes, gritos y el apoyo de automovilistas tocando el claxon. El objetivo declarado: boicotear a Tesla para disminuir su influencia económica y, por ende, su poder político.
Las manifestaciones se extendieron por diversas ciudades de Estados Unidos: Boston, Nueva Jersey, Massachusetts, Connecticut, Nueva York, Maryland, Minnesota y Texas (sede central de Tesla). También hubo protestas en Londres y otras ciudades del Reino Unido, según Euronews.
Los motivos de los manifestantes fueron diversos, como lo destacaron las entrevistas con CNN: despidos injustificados, recortes a la investigación en los Institutos Nacionales de la Salud y la preocupación por la reducción del apoyo de USAID a nivel internacional. Incluso se denunció el apoyo de Musk a la ultraderecha global y movimientos fascistas. “Sé que tendemos a hablar de los trabajadores, pero debemos centrarnos en las personas que se ven afectadas cuando el trabajo no se realiza”, dijo Melanie Aron, una manifestante en Georgetown a CNN.