Elon Musk: auge y caída de su influencia en la política estadounidense

El nombre de Elon Musk emerge como un punto focal de esta compleja situación. Desde su llegada a Washington, su rol como una especie de "copresidente no elegido", según la oposición demócrata, ha generado una ola de reacciones encontradas. Algunos lo consideran un "genio capaz de desmantelar la burocracia", mientras otros lo acusan de ser un "migrante parasitario que juega a ser Dios", como lo expresó Steve Bannon.
Al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), Musk implementó una serie de medidas audaces. Entre ellas, destaca el desmantelamiento de la agencia USAID, con consecuencias de gran alcance para la ayuda humanitaria global. Su estrategia incluyó la congelación de millones en programas federales, despidos masivos de empleados gubernamentales y la implementación de una rigurosa evaluación del desempeño laboral.
Sin embargo, el fulgurante ascenso de Musk ha experimentado una significativa caída. Las pérdidas millonarias de Tesla, una disminución del 71% en sus beneficios, han afectado su fortuna personal y su influencia política. Este declive se ha visto agravado por fuertes desacuerdos con miembros del gabinete de Trump, incluyendo a Marco Rubio y Scott Bessent. Estas disputas, que se filtraron a los medios, generaron tensión y cuestionamientos sobre su metodología.
Además de las tensiones internas, la guerra arancelaria impulsada por Trump creó un conflicto de intereses para Musk, obligándolo a enfrentarse a decisiones perjudiciales para Tesla. El fracaso en su intento de colocar a un candidato republicano en el Supremo estatal de Wisconsin y las protestas en contra de la marca, seguidas de una fuerte caída en las ventas, significaron un golpe contundente para su imagen pública.
A pesar de la reducción de su tiempo en Washington, la Casa Blanca ha afirmado que la disminución de su participación se ajusta a lo previsto en su contrato. Musk ha manifestado su intención de continuar implicado en la administración Trump, aunque la magnitud real de sus logros en términos de reducción presupuestal sigue siendo objeto de debate. A pesar de ello, su enorme poder económico continúa garantizándole una considerable influencia en el partido republicano.
Expertos como David Super de la Universidad de Georgetown y Don Kettl, profesor emérito de la Universidad de Maryland, coinciden en que el impacto de Musk en la política estadounidense perdurará durante muchos años, dejando una marca indeleble en la relación entre el poder empresarial y el gobierno.