Registro obligatorio para migrantes reaviva temores de perfilamiento racial en Estados Unidos

El epicentro de esta nueva realidad es una política de registro obligatoria para inmigrantes sin autorización legal, impuesta por el gobierno de Trump y que entró en vigor el 11 de abril. Esta medida, según funcionarios como la Secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, "se basa en la aplicación de una ley vigente desde hace décadas, crucial para la seguridad nacional". La ley, dirigida a mayores de 14 años, exige registro, huellas dactilares y dirección; sin embargo, su vaga aplicación está generando controversia.
La controversia surge por el temor a una escalada del perfilamiento racial. Organizaciones como Aliento, que apoya a inmigrantes indocumentados, expresan su preocupación. "Crea ambigüedad sobre cómo vas a aplicarlo e identificar a las personas", afirma José Patiño, vicepresidente de la organización. Este temor no es infundado. Se han reportado casos de detenciones de ciudadanos estadounidenses, incluso de personas con visas o TPS (Estatus de Protección Temporal), generando un clima de miedo generalizado.
La confusión se extiende. Una aplicación de citas para residentes temporales ha enviado cancelaciones de permisos incluso a ciudadanos estadounidenses. Además, varios estados de mayoría republicana se niegan a reconocer licencias de conducir emitidas a inmigrantes indocumentados. Martín Quezada, exlegislador demócrata y abogado, lo describe como "un cambio drástico en la interacción con la comunidad".
El impacto va más allá del ámbito legal. Guerline Jozef, de la Haitian Bridge Alliance, denuncia una catalogación racial desproporcionada contra inmigrantes negros. Describe la situación actual como una "guerra psicológica" que ha generado una profunda inseguridad entre los afectados, incluso aquellos con residencia legal temporal. La pregunta ¿debo portar mis documentos constantemente? se ha convertido en una constante.
Expertos legales, como Lynn Marcus de la Universidad de Arizona, recuerdan que este estatuto de registro ha permanecido inactivo por 85 años, originalmente diseñado en tiempos de guerra. El retorno de este requisito, argumenta Marcus, obliga incluso a ciudadanos estadounidenses a llevar consigo certificados de nacimiento, especialmente si tienen "apariencia extranjera". La aplicación de la ley, en la práctica, puede generar confusiones aún mayores, particularmente para individuos con dificultades de comunicación.
Eileen Díaz McConnell, profesora de la Universidad Estatal de Arizona, señala el paralelo con una ley de Arizona de 2010, anulada posteriormente, que provocó un periodo traumático para familias latinas. Sus investigaciones muestran los efectos devastadores en la salud mental, especialmente en niños, con impactos en el sueño, ansiedad y depresión.
Históricamente, el mandato de "mostrar los papeles" evoca momentos oscuros como la esclavitud y la internación de japoneses-americanos durante la Segunda Guerra Mundial. La actualidad refleja un temor similar. Para Patiño, el sistema actual se percibe como una "trampa burocrática" donde el riesgo acecha tanto en la acción como en la inacción. El nuevo mandato genera incertidumbre sobre si el registro protegerá o expondrá aún más a los inmigrantes, dejando un velo de ansiedad sobre el futuro.