Muro fronterizo de 30 metros avanza en la frontera México-Estados Unidos

Barras metálicas de 30 metros –equivalentes a un edificio de 10 pisos– se alzarán a lo largo de 11 kilómetros entre Nuevo México y Ciudad Juárez, según confirmó la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en sus redes sociales. No es un muro cualquiera: es una segunda línea de defensa, paralela a la existente, diseñada para ser "más alta, más resistente y más difícil de escalar".
El padre Javier Calvillo, párroco de la comunidad Mater Dolorosa, no oculta su indignación mientras observa desde el lado mexicano: "Estados Unidos se construyó con migrantes, pero ahora les clava puertas y púas. Ningún muro detendrá a quien huye del hambre o la violencia". Sus palabras resuenan en una región donde, solo en 2025, más de 56,298 mexicanos han sido deportados bajo el actual gobierno estadounidense.
Detrás de esta obra hay cifras que escalofrían:
La Iglesia Católica prepara su contraofensiva simbólica. Durante la 110ª Jornada Mundial del Migrante, prevista para septiembre, plantarán árboles a lo largo de la frontera como metáfora de "raíces que trascienden fronteras". Calvillo insiste en que la solución está en regularizar flujos laborales: "Sin migrantes, se derrumbarían los campos californianos y los rascacielos de Texas". Mientras tanto, el ruido de los martillos neumáticos ahoga cualquier discusión.