El gobernador de Indiana, Mike Braun, conocido por su alineamiento con las políticas migratorias más duras de Trump, sorprendió este jueves al cuestionar abiertamente las cifras de ICE en su estado. "Si esos datos son correctos, deberían hacernos reflexionar", declaró a medios locales, refiriéndose a que el 23% de los arrestados en junio carecían de historial criminal, frente al 6% registrado en enero.
Detrás de esta aparente contradicción hay matices reveladores:
- Braun mantiene su apoyo a deportar migrantes con antecedentes, pero rechaza redadas indiscriminadas
- Aceptó el uso de Camp Atterbury como centro temporal, pero con condiciones estrictas sobre trato humano
- Sus declaraciones coinciden con planes de DHS para expandir capacidades de detención a nivel nacional
El político republicano, quien durante su campaña usó eslóganes como
"sabrán si estuvieron con Trump", ahora parece trazar una línea clara:
la aplicación de la ley migratoria debe priorizar amenazas reales.
"Estoy a favor de remover criminales que entraron ilegalmente, pero si incluyes a otros, probablemente no estás haciendo bien tu trabajo", sentenció durante una conferencia de prensa.
Este reposicionamiento ocurre mientras:
- Conservadores presionan por desclasificar archivos Epstein, caso que involucra a figuras de ambos partidos
- Al menos cinco estados republicanos buscan replicar el polémico centro "Alcatraz de los caimanes" de Florida
- Organizaciones civiles documentan aumento de detenciones sin debido proceso en múltiples jurisdicciones
Braun, sin abandonar del todo su retórica anterior, dejó entrever que la transparencia podría ser su nuevo estandarte. Sobre los documentos Epstein, afirmó:
"El público merece ver la verdad completa, aunque ahora parezca teñido de política". Una postura que, intencional o no, marca distancia con sectores de su propio partido.
Facebook
Whatsapp
Linkedin
Pinterest