Según testimonios recabados por Univisión, Javier Díaz, originario de México, fue interceptado durante una operación en Texas. A pesar de intentar explicar su condición mediante señas, los agentes lo esposaron y confiscaron sus pertenencias, incluido su teléfono celular, dejándolo incomunicado por casi dos semanas. "Les dije que no podía entenderlos, pero siguieron hablándome como si no tuviera discapacidad", relató el joven mediante un intérprete.
Los detalles del arresto revelan una situación caótica:
- Díaz intentó huir al reconocer los vehículos del ICE, pero fue alcanzado rápidamente.
- Mostró su identificación, pero los agentes le quitaron su billetera sin revisarla.
- Pasó 14 días en un centro de detención sin acceso a intérpretes certificados.
La familia del joven, residentes legales en EU, desconocía su paradero hasta que logró una llamada por videollamada días después. Aunque salió bajo fianza, su caso sigue abierto mientras el
ICE revisa su estatus migratorio. Este incidente ocurre en un contexto donde:
- Texas lidera las estadísticas de deportaciones.
- Las redadas se han intensificado en zonas con alta población latina.
- Activistas denuncian falta de protocolos para personas con discapacidad.
Fuentes cercanas al caso confirmaron que Díaz trabajaba legalmente en un autolavado gracias a su permiso
DACA. Sin embargo, el
ICE no ha emitido un comunicado oficial sobre las acusaciones de negligencia durante su arresto. Mientras tanto, organizaciones de
derechos migrantes preparan acciones legales argumentando violaciones a la Ley de Estadounidenses con Discapacidades.
El silencio de las autoridades contrasta con las imágenes difundidas por abogados defensores, donde se observa al joven intentando comunicarse en lenguaje de señas durante su audiencia inicial. Un detalle que, según expertos, podría cambiar el curso del proceso judicial.
Facebook
Whatsapp
Linkedin
Pinterest