En un evento que ha capturado la atención pública y generado debate, la iglesia del Espíritu Santo en Las Quintas de Culiacán, Sinaloa, fue el escenario de un acto de vandalismo por parte de un individuo que se autodenominó como seguidor de la Santa Muerte.
Testigos presenciales relatan que, armado con una cruz de metal, el hombre atacó diversas imágenes dentro del templo, provocando pánico y consternación entre los asistentes. Este incidente, captado parcialmente en video y difundido ampliamente en redes sociales, muestra a varios fieles abandonando el lugar visiblemente afectados. Antes del ataque, se reportó que el agresor había estado involucrado en rituales en la vía pública, utilizando veladoras y espejos, lo que ya había generado inquietud en la localidad.
A pesar de los daños materiales, el incidente abre un debate más profundo sobre el culto a la Santa Muerte, frecuentemente asociado con la paz y el respeto por sus seguidores, y su percepción en la sociedad. La polémica se intensifica con la reciente controversia sobre una camiseta que vincula la imagen de la Santa Muerte con el presidente Andrés Manuel López Obrador, provocando reacciones encontradas en la población y entre los practicantes del culto. La rápida respuesta del emprendimiento detrás de la camiseta, intentando suavizar el mensaje con una nueva versión, no ha mitigado el debate sobre la relación entre religión, cultura popular y política en México.