La autopista México-Puebla, una de las vías más importantes del país, se encuentra paralizada por un conflicto que lleva ya varios días. Los ejidatarios de Santa Rita Tlahuapan, en Puebla, mantienen un bloqueo en la carretera exigiendo el pago por la expropiación de sus tierras para la construcción de la carretera.
Desde hace casi 30 años, los ejidatarios han estado luchando por una compensación justa por la pérdida de sus tierras. Ahora, su paciencia se ha agotado. La situación ha escalado a tal punto que el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se pronunció al respecto durante su conferencia matutina: "No vamos a ceder a chantajes", expresó.
El gobierno de Puebla ha anunciado un acuerdo para la liberación paulatina de la autopista. Sin embargo, los ejidatarios mantienen su postura firme y advierten que la reapertura de la carretera será solo por intervalos de tiempo limitado, con el objetivo de presionar al gobierno para que atienda sus demandas.
El bloqueo ha causado un caos generalizado. Miles de personas han quedado varadas en sus vehículos, enfrentando largas horas de espera bajo el sol y la lluvia. Algunos viajeros han tenido que recurrir a caminar largas distancias para llegar a sus destinos. La situación no solo afecta a los viajeros, también ha generado pérdidas millonarias al sector comercial y al transporte. Los trailers cargados de mercancías permanecen varados, lo que ha generado un importante impacto en la economía del país.
Las autoridades y los ejidatarios siguen en negociaciones. La tensión persiste en la zona y la incertidumbre sobre la duración del bloqueo sigue latente. La situación es un llamado a la reflexión sobre las consecuencias de las desigualdades y la falta de diálogo en la toma de decisiones que afectan a la población.