Un joven estudiante de 13 años, cursando el tercer grado, perdió la vida durante la tarde del 3 de octubre. La noticia, como un relámpago, se extendió por los pasillos, dejando a los estudiantes y maestros en shock.
Las versiones sobre lo sucedido se multiplicaron como la pólvora. Algunos hablaban de un golpe durante un juego, otros de un desmayo tras una partida de básquetbol. Los rumores de una agresión por bullying también se hicieron presentes, alimentando la angustia de los padres.
Comentan que estaba jugando el niño, unos dicen que se golpeó, otros nomás que empezó a vomitar y ya de ahí perdió la conciencia y ya no se sabe más, explicó la madre de familia, con la voz teñida de incertidumbre.
La Secretaría de Educación Jalisco, en un comunicado oficial, informó que el joven había presentado un malestar estomacal y se dirigió a los baños. Mientras se encontraba en el sanitario, sufrió convulsiones. El personal de la escuela intentó auxiliarlo siguiendo el protocolo para casos de epilepsia, pero al llegar los paramédicos, el menor ya había fallecido.
Dijeron que viniéramos por ellos por lo sucedido, pues aquí estamos por ellos, pues más que nada, no sabemos si se asustaron, se preocuparon, pues al fin de cuenta no dejan de ser compañeros, dijo otra madre de familia, reflejando el miedo e inquietud de los padres.
La muerte súbita del estudiante en un entorno escolar, con versiones contradictorias y una investigación aún en desarrollo, deja a la comunidad educativa en un estado de shock y profunda incertidumbre. Mientras la Fiscalía de Jalisco se encuentra investigando el caso, los padres, los maestros y los compañeros del joven fallecido buscan respuestas, tratando de comprender la terrible pérdida.