Ahora, imagina una joven mexicana, con raíces profundamente arraigadas en la tradición zapoteca, participando en este diálogo crucial.
Betzabeth Martínez Gutiérrez, una joven originaria de Santiago Matatlán, Oaxaca, no solo representa a México en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, sino que da voz a las comunidades indígenas que, como la suya, son las más afectadas por el cambio climático. Betzabeth, egresada de la UNAM, enfatiza la doble resistencia que enfrentan las mujeres indígenas al buscar oportunidades en un mundo que las ha marginado históricamente.
“Ser mujer y ser mujer indígena es resistir doblemente”, comenta Betzabeth, resaltando la lucha diaria que enfrentan las mujeres indígenas por alcanzar una educación y un futuro digno. Su participación en la conferencia, que se celebra en dos etapas, una en Alemania y otra en Azerbaiyán, le permite observar de cerca las negociaciones sobre financiamiento para combatir el calentamiento global.
Betzabeth, junto a otros 11 jóvenes latinoamericanos, son observadores, con la oportunidad de expresar sus ideas y perspectivas. Su objetivo principal es dar voz a los pueblos indígenas y afrodescendientes, quienes, por su estrecha relación con la naturaleza, son particularmente vulnerables al cambio climático.
En su comunidad, las mujeres zapotecas desempeñan roles esenciales como parteras, curanderas y productoras de mezcal, una tradición ancestral que enfrenta desafíos debido a la crisis ambiental. Sequías e incendios forestales afectan la producción de agave, y las mujeres zapotecas se esfuerzan por mantener viva esta tradición ancestral.
Betzabeth, al compartir su historia, reafirma el papel fundamental que desempeñan las mujeres indígenas en la conservación de la naturaleza y la lucha por la justicia climática. Su participación en la conferencia de la ONU es un paso crucial hacia la inclusión de las voces indígenas en el debate global sobre el cambio climático.