La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, en su ya famosa "mañanera" del 18 de octubre, reveló una jugada que podría cambiar el panorama judicial: una reforma que busca, nada más y nada menos, combatir la corrupción y agilizar la justicia. ¿Y cómo lo harán? ¡Con un cambio radical en la elección de jueces!
La propuesta es clara: dejar atrás la designación de jueces por parte de otros funcionarios y poner el poder en manos del pueblo. ¿Te imaginas elegir directamente a quienes van a dictar sentencia en los casos que afectan a tu comunidad? Esta medida, aseguran, no solo evitará la liberación de delincuentes a través de amparos, sino que también permitirá que la justicia fluya con mayor rapidez y eficiencia.
Pero eso no es todo. Para completar la transformación, se propone la creación de un tribunal de disciplina, una especie de "árbitro" que se encargará de castigar a los jueces que se desvíen del camino y cometan actos de corrupción o irregularidades.
¿Funcionará esta reforma? ¿Veremos una justicia más justa en el futuro? Solo el tiempo dirá, pero lo que es seguro es que este cambio promete ser una revolución para el sistema judicial mexicano.