En un contexto donde la transparencia y la rendición de cuentas son más cruciales que nunca, la nueva Secretaría Anticorrupción y de Buen Gobierno ha decidido implementar un enfoque innovador para fortalecer la confianza en el servicio público. Raquel Buenrostro, quien ha sido reconocida por su firmeza en la administración pública, anunció que se llevarán a cabo evaluaciones de control de confianza dirigidas a altos funcionarios del gabinete presidencial, un paso que busca prevenir actos de corrupción en niveles críticos.
Hasta ahora, estas evaluaciones se limitaban a las fuerzas policiales e incluían pruebas de polígrafo, así como exámenes médicos, toxicológicos y psicológicos. Sin embargo, la secretaria de la Función Pública enfatizó que este nuevo enfoque es parte de un esfuerzo más amplio para asegurar que aquellos en posiciones de poder actúen con integridad. “Queremos que sea más caro violar la ley que cumplirla”, afirmó Buenrostro, subrayando la necesidad de sanciones más severas para quienes pongan en riesgo la vida de los ciudadanos.
En su entrevista con MILENIO, Buenrostro también abordó la necesidad de reformar la Ley de Adquisiciones y la Ley de Obras, proponiendo sanciones más estrictas para actos de corrupción que puedan comprometer la salud pública, como el desabasto simulado de medicamentos. “Estamos trabajando en iniciativas que se presentarán para su aprobación en este periodo”, añadió.
La secretaria destacó la creación de una Subsecretaría de Buen Gobierno, que se enfocará en la profesionalización del servidor público y en la evaluación de confianza. “Los servidores públicos en puestos de alto riesgo pasarán por exámenes de confianza, algo que es completamente nuevo”, explicó. Este enfoque proactivo busca no solo sancionar, sino también prevenir la corrupción desde sus raíces.
En cuanto a la coordinación con el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), Buenrostro fue crítica, señalando que muchas de las figuras creadas no han dado resultados efectivos. “Se crearon muchos aparatos de transparencia que no solucionaron el problema”, comentó, sugiriendo que es necesario un replanteamiento de las estrategias actuales.
La secretaria, quien tiene una sólida formación en matemáticas y economía, también reflexionó sobre su perfil y cómo su experiencia en la administración pública la ha preparado para liderar esta nueva secretaría. “Las matemáticas me ayudan a estructurar problemas y buscar soluciones de manera más eficiente”, indicó.
Finalmente, Buenrostro se mostró abierta a la revisión de programas existentes, como el de Alertadores de la Corrupción, para determinar su efectividad y hacer los ajustes necesarios. “Lo que funciona, se mantiene; lo que no, se transforma”, concluyó, reafirmando su compromiso con un gobierno más transparente y responsable.