"Trataré de llenar el hueco de alguien irremplazable", dijo Vance desde su oficina en la Casa Blanca, donde transmitió en vivo una edición especial de The Charlie Kirk Show. La decisión no fue casual: Kirk era más que un activista. Era el arquitecto detrás del voto joven que impulsó a Trump en 2024 y el cerebro que ayudó a Vance a consolidarse como vicepresidente.
Los detalles del crimen siguen escalofriantes:
- Kirk fue asesinado de un disparo en el cuello durante un debate en la Universidad de Utah Valley.
- El presunto autor, Tyler Robinson, un joven de 22 años con reciente radicalización izquierdista, fue entregado por su propio padre tras 33 horas de búsqueda.
- El FBI confirmó que el rifle usado tenía capacidad de impacto a 180 metros.
Pero más allá del acto violento, lo que resuena es el vacío que dejó.
Turning Point USA, la organización que fundó Kirk a los 18 años, reporta un aumento histórico en donaciones y solicitudes de nuevos capítulos universitarios. Su viuda,
Erika Kirk, habló frente a la silla vacía de su esposo en el estudio de grabación:
"Si antes creían que su misión era poderosa, no tienen idea de lo que acaban de desatar".
Vance aprovechó la transmisión para reforzar el discurso de la Casa Blanca: "Este movimiento destructivo de extrema izquierda no puede quedar impune", declaró sin nombrar grupos específicos. Mientras, las redes del fallecido se llenan de homenajes:
- Su podcast, antes transmitido en Rumble (la plataforma alternativa preferida por los conservadores), cuadruplicó audiencia.
- Figuras como Stephen Miller y Karoline Leavitt participaron en el programa especial.
- Trump llamó a Kirk "mártir del movimiento America First" en un mitin en Michigan.
Lo que queda claro es que Kirk logró lo que pocos: convertir su muerte en un símbolo. Mientras su cuerpo era trasladado en el
Air Force Two hacia Arizona, las discusiones sobre quién tomará su lugar ya dividen al entorno
MAGA. Algunos apuestan por
Jack Posobiec, otros insinúan que ni siquiera Vance podrá emular su carisma. Por ahora, lo único seguro es que su legado se mide en millones de jóvenes que, tras el tiroteo, descargan sus discursos y comparten sus memes.
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