Según fuentes cercanas al gobierno, la prioridad se otorga a aquellos países con los que México tiene un tratado de libre comercio, como Estados Unidos y Canadá. Esto se debe a que estos acuerdos comerciales establecen condiciones favorables para el intercambio de bienes y servicios, lo que beneficia a la economía nacional. En este sentido, "la relación comercial con Estados Unidos y Canadá es fundamental para el crecimiento económico de México", afirma un experto en comercio internacional.
En este contexto, la llegada de inversiones chinas a la industria automotriz en México no parece ser una opción viable en el corto plazo. Aunque China es un jugador importante en la escena económica global, la prioridad del gobierno mexicano se centra en fortalecer sus lazos comerciales con sus socios tradicionales. Los tratados de libre comercio en vigor establecen un marco claro para la cooperación económica, lo que reduce la necesidad de buscar inversiones en otros mercados.
En resumen, la decisión de no permitir la llegada de inversiones chinas a la industria automotriz en México se basa en la prioridad otorgada a los tratados de libre comercio con Estados Unidos y Canadá. Aunque esta decisión puede generar cierta incertidumbre en el mercado, el gobierno mexicano busca proteger los intereses nacionales y promover el crecimiento económico sostenible.