Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la inflación anual en noviembre de 2024 alcanzó un nivel de 4.55%, lo que representa una leve mejora con respecto a octubre, cuando la tasa fue de 4.77%. A nivel mensual, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) presentó un aumento de 0.44%, lo que refleja una desaceleración generalizada en los precios de bienes y servicios.
Este es el nivel más bajo de inflación desde marzo pasado, cuando se registró un 4.42%. A pesar de la mejora, la tasa sigue estando por encima del objetivo establecido por el Banco de México (Banxico), que busca una inflación de 3%, con un margen de ±1 punto porcentual.
La institución ya había ajustado recientemente sus expectativas de inflación para 2024, elevándolas de 5% a 5.1%. Banxico también ha pronosticado que la inflación regrese a su meta en el último trimestre de 2025.
Al analizar los componentes del INPC, se observó una desaceleración tanto en la inflación subyacente como en la no subyacente. La inflación subyacente, que excluye los precios más volátiles como los alimentos y energéticos, se ubicó en 3.58% anual. Este indicador ha mostrado una tendencia a la baja durante 22 meses consecutivos.
Dentro de la inflación subyacente, los precios de las mercancías aumentaron 2.39%, mientras que los servicios experimentaron un alza de 4.90%. Por otro lado, la inflación no subyacente, que incluye productos más sensibles a los cambios de precios, registró un aumento anual de 7.60%, aunque mostró una desaceleración en comparación con el mes anterior.
En este segmento, los precios de los productos agropecuarios subieron 10.74%, mientras que los energéticos y las tarifas gubernamentales aumentaron 4.55%.
La canasta básica sigue siendo un tema de preocupación debido a los aumentos en los precios de algunos productos esenciales. A medida que Banxico ajusta sus pronósticos, la situación económica global y las políticas internas seguirán siendo factores clave en la evolución de la inflación en los próximos meses.