El foco de atención se centra en la colonia Ampliación Alameda, donde alrededor de las 22:20 horas, un ataque armado segó la vida de dos estudiantes de bachillerato. Gustavo Ángel "N", de 18 años, y José Alberto "N", de 17, ambos alumnos del Cobach Obregón III, ubicado en la colonia Villa Bonita, se encontraban en un inmueble en la calle Kalahari cuando fueron sorprendidos.
El violento suceso dejó a Gustavo Ángel sin vida en el lugar. Mientras tanto, José Alberto, gravemente herido, fue trasladado de emergencia a un hospital del IMSS. Desafortunadamente, falleció alrededor de las 7:50 horas del miércoles 18 de diciembre, mientras recibía atención médica. El impacto de esta pérdida se siente profundamente en la institución educativa y en la comunidad.
Ante esta tragedia, la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora (FGJES) ha iniciado una carpeta de investigación. Se ha logrado la identificación de un vehículo posiblemente involucrado en el ataque, y se está llevando a cabo un operativo coordinado entre las fuerzas de seguridad de los tres niveles de gobierno para dar con los responsables. "Estamos trabajando arduamente para esclarecer los hechos y llevar ante la justicia a los culpables," afirmó un portavoz de la FGJES, aunque sin ofrecer mayores detalles para no entorpecer la investigación.
La institución educativa, el Cobach Obregón III, emitió un comunicado expresando su profundo pesar y ofreciendo sus condolencias a los familiares y amigos de los jóvenes. El comunicado, publicado en sus redes sociales, finaliza con un sentido: "Nos unimos en oración por el descanso eterno de sus almas y el consuelo a sus seres queridos. D.E.P.". El ambiente en el colegio se describe como de profunda tristeza y consternación.
Detalles como la descripción de los agresores o el móvil del crimen aún se mantienen bajo reserva, mientras las autoridades continúan su trabajo. La investigación promete ser larga y compleja, con el objetivo de brindar justicia a las familias de Gustavo Ángel y José Alberto, y de ofrecer un mínimo de consuelo en medio de una tragedia irremediable.