Detalles sobre esta nueva regulación se revelarán a continuación, información crucial para empleados y empleadores por igual.
El pasado 19 de diciembre, se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) una reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT), popularmente conocida como la "Ley Silla". Esta reforma, aprobada por el Senado a principios del mismo mes, entrará en vigor el 17 de junio de 2025, 180 días naturales después de su publicación.
¿De qué se trata? La Ley Silla obliga a las empresas a proporcionar a sus empleados sillas con respaldo para periodos de descanso durante la jornada laboral. Esto se enfoca en mitigar los riesgos para la salud asociados con permanecer de pie por tiempos prolongados. La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) tendrá 30 días posteriores a la publicación para emitir la normatividad correspondiente, otorgando a las empresas otros 180 días para adaptar sus reglamentos internos.
La ley prohíbe explícitamente obligar a los empleados a mantenerse de pie durante toda su jornada. Se exige la designación de áreas específicas para el descanso y la regulación del uso de las sillas a través del reglamento interno. "El objetivo es prevenir riesgos asociados a trabajar de pie por tiempos prolongados," según el decreto.
La aplicación de la Ley Silla estará enfocada principalmente en los sectores de servicios y comercio, con excepciones para las industrias donde la naturaleza del trabajo lo impida. Aunque parezca novedosa en México, legislaciones similares existen en países como España, Chile y Argentina desde inicios del siglo XX.
Una encuesta de OCC revela datos preocupantes: el 45% de los trabajadores que permanecen de pie no reciben apoyo de sus empleadores para minimizar riesgos laborales. La mitad reporta molestias físicas, como dolores de espalda o cansancio en las piernas. Solo un 8% afirma no experimentar malestar alguno derivado de la postura vertical. Estudios indican una mayor probabilidad de infartos y derrames cerebrales asociados al trabajo prolongado de pie debido al retorno venoso deficiente.
La implementación de esta ley representa un cambio sustancial en las prácticas laborales mexicanas, con implicaciones para la salud y el bienestar de millones de trabajadores. Su impacto a largo plazo en la productividad y la reducción de ausentismos laborales será un tema de seguimiento en los próximos años.