El incidente, ocurrido en la madrugada del 25 de diciembre en la calle Gitana, involucró un cohete y una casa. La imprudencia de un grupo de adolescentes jugando con pirotecnia fue la chispa que inició el fuego. A pesar de las campañas de prevención y las advertencias de las autoridades sobre el peligro de usar cohetes, especialmente durante las festividades decembrinas, “algunos ciudadanos hicieron caso omiso,” como reportan las fuentes.
El cohete, al caer en el interior de la vivienda, provocó un incendio que rápidamente se propagó, consumiendo materiales inflamables. Afortunadamente, las cinco personas que se encontraban dentro lograron salir a tiempo, evitando una tragedia mayor. Pero la historia no termina ahí.
La llegada de los bomberos trajo consigo una inesperada complicación: la falta de agua en sus pipas. Esta situación, que retrasó significativamente la extinción del incendio, obligó a los vecinos a intervenir. Fueron ellos, con cubetas de agua prestadas y un esfuerzo colectivo, quienes apoyaron a los bomberos en su titánica tarea.
El incidente, que se extendió por más de dos horas, causó daños materiales considerables en la propiedad afectada. Este hecho resalta la vulnerabilidad ante situaciones de emergencia cuando los recursos resultan insuficientes y pone de manifiesto la importancia de la prevención, no solo por parte de las autoridades, sino también de la ciudadanía.
El reporte de N+ detalla cómo la falta de agua en las unidades de bomberos complicó la situación. La colaboración vecinal, si bien crucial, no pudo suplir por completo la falta de equipo adecuado. El hecho pone en relieve la necesidad de revisar los protocolos de emergencia y la preparación de las instituciones ante eventos similares.