Sin embargo, detrás de cada proyecto, existen historias humanas, a veces marcadas por la tragedia. La tranquilidad de la colonia Balcones del Mirador se vio interrumpida abruptamente antes del mediodía. En la intersección de las calles Balcones de la Colina y Marqués de la Colina, un accidente laboral conmocionó a la comunidad. Un trabajador, un albañil experimentado, perdió la vida.
El suceso involucró a Vicente Saucedo Tello, de 57 años, quien se encontraba trabajando en la construcción de una vivienda. Según los informes, Vicente sufrió una caída de aproximadamente 3.5 metros de altura desde una escalera. Al llegar al lugar, los cuerpos de emergencia, incluyendo Protección Civil de Nuevo León y Fuerza Civil, confirmaron lo peor: el señor Saucedo ya no presentaba signos vitales.
La empresa para la cual trabajaba Vicente, CAM, estuvo representada en el sitio por su encargado, Misael Carrizales. Personal de Servicios Periciales de la Fiscalía General de Justicia también acudió para recabar evidencias y asegurar el área, acordonada previamente por Fuerza Civil para evitar cualquier otro accidente. La colaboración entre las distintas instituciones fue fundamental para la gestión de la emergencia. Después de asegurar la zona y realizar las diligencias correspondientes, las unidades de emergencia se retiraron del lugar, excepto Servicios Periciales que permaneció para continuar con la investigación.
Mientras tanto, en otro punto de la ciudad, la Agencia Estatal de Investigaciones reportó un arresto significativo. Jesús “N”, de 27 años, fue detenido en la colonia Los Urdiales por su presunta participación en el homicidio de Humberto, un hombre de 69 años. El crimen, perpetrado el 22 de noviembre de 2022 en la colonia Real San Felipe, en García, involucró una brutal agresión: golpes, apuñalamiento y estrangulamiento. Los agresores también robaron las pertenencias de la víctima. Jesús “N” se encuentra actualmente recluido en un Centro de Reinserción Social Estatal a la espera de su proceso judicial.
Estas dos noticias, aunque aparentemente dispares, reflejan la complejidad de la vida en una ciudad como Monterrey: la precariedad en algunos trabajos y la violencia que persiste en la sociedad. Ambos casos dejan un halo de incertidumbre sobre las medidas de seguridad y la justicia en la ciudad.