Durante la conferencia matutina del 3 de enero, la Presidenta Claudia Sheinbaum presentó la estrategia para contrarrestar la infodemia. Su propuesta, sin embargo, generó más preguntas que respuestas. El eje central parece ser la "mañanera del pueblo," como la mandataria la llama, utilizándola como principal plataforma para desmentir noticias falsas.
Se mencionó, de forma bastante vaga, la implementación de un "detector de mentiras" que se activaría los miércoles. La falta de detalles sobre su funcionamiento y alcance deja a la ciudadanía con más incertidumbre que claridad. ¿Se trata de un software específico? ¿Quién lo operará? ¿Qué criterios de veracidad se utilizarán? Estas son algunas de las preguntas que quedan sin respuesta.
A largo plazo, se plantea la creación de una red social mexicana soberana. Sin embargo, este proyecto se encuentra en una fase inicial, sin una fecha estimada de lanzamiento ni una estrategia de implementación clara. Su éxito dependerá de la capacidad para competir con gigantes tecnológicos ya establecidos, un reto considerable en un mercado digital altamente competitivo.
Además, la estrategia actual se percibe como reactiva en lugar de proactiva. Se centra en desmentir la información falsa después de su difusión, en lugar de implementar programas de alfabetización mediática y fomentar el pensamiento crítico en la población, dos factores clave para la prevención de la desinformación.
La crítica a medios internacionales de renombre, como el New York Times, sin presentar evidencia contundente, genera inquietud. Estas afirmaciones, sin un sustento claro, pueden ser contraproducentes, perjudicando la credibilidad del mensaje oficial. La ausencia de datos concretos sobre el impacto de las medidas implementadas hasta la fecha añade una capa de incertidumbre a todo el plan.
En resumen, la estrategia gubernamental para combatir la desinformación, al menos como fue presentada, presenta ciertas lagunas que dificultan su evaluación. La dependencia de una sola plataforma para contrarrestar un problema de alcance global genera dudas sobre su efectividad a largo plazo.