El tema: la economía mexicana, un rompecabezas de cifras y promesas que los mexicanos de entre 25 y 30 años analizan con creciente interés.
El 3 de enero de 2025, la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo presentó en su conferencia matutina un panorama económico aparentemente halagüeño. Se destacaron las reservas internacionales, que alcanzaron la cifra récord de 228,900 millones de dólares, y una tasa de desempleo del 2.6%. Un dato que, a simple vista, pintaría un cuadro de prosperidad.
Sin embargo, la narrativa oficial, centrada en el "crecimiento con bienestar social" y la participación estatal en sectores clave como energía y vivienda, despertó cuestionamientos. El gobierno, en línea con la Cuarta Transformación, rechaza el modelo neoliberal, acusándolo de inequidad. Pero la promesa de impulsar la economía "desde abajo", choca con la realidad de una informalidad laboral que afecta al 55% de la población económicamente activa. La formalización de trabajadores de plataformas digitales y del hogar se plantea como solución, pero la eficacia de estas medidas es, por ahora, una incógnita.
La comparación con el "Milagro Mexicano" es inevitable, aunque la Presidenta Sheinbaum evita usar esa etiqueta. La estrategia actual, con fuerte intervención estatal y énfasis en la producción nacional, presenta similitudes. Se habla de relocalización de empresas, pero los detalles sobre cómo atraer inversión privada sin recurrir a los mecanismos neoliberales criticados, permanecen vagos.
El control de los precios de la gasolina se presenta como un triunfo, apoyado en gráficas que muestran una disminución. Pero la narrativa oficial obvia los ajustes previos, los estímulos fiscales (IEPS) y la fluctuación internacional del petróleo. La confrontación con la oposición, acusada de desinformar sobre el precio de la gasolina, no contribuye a un debate constructivo.
El “Plan Nacional de Desarrollo, un ejercicio democrático con participación ciudadana”, como lo define el gobierno, enfrenta el reto de concretar esa participación en un tiempo limitado. La ambiciosa agenda de foros nacionales plantea dudas sobre la representatividad real de todos los sectores.
En síntesis, el panorama económico presentado resulta optimista, pero superficial. La falta de transparencia y la polarización política oscurecen el análisis de los desafíos reales. La sustentabilidad del modelo económico a largo plazo queda, por ahora, en el terreno de las conjeturas.