Analicemos un caso particular que ha generado un debate considerable.
La conferencia matutina del 6 de enero de 2025 trajo consigo las declaraciones de la presidenta Claudia Sheinbaum sobre la estrategia de seguridad en Morelos. Sorprendentemente, la mandataria se alejó de la retórica de "mano dura", optando por promover una "estrategia de paz". Pero, ¿qué hay detrás de esta nueva narrativa?
Un punto clave que ha generado controversia es la situación del fiscal estatal de Morelos, quien, según se confirmó, tiene órdenes de aprehensión pendientes. Sheinbaum, en sus declaraciones, reconoció la situación, pero con una frase elusiva: "tendrá que resolverse en algún momento". Esta falta de precisión, junto con la implicación del Congreso del Estado en la protección del fiscal, pinta un panorama de profunda crisis de gobernabilidad en la entidad.
La propuesta de Sheinbaum se centra en una mayor coordinación entre las fuerzas federales y estatales. Si bien suena lógico, la falta de detalles concretos sobre las acciones a implementar genera un comprensible escepticismo. El apoyo del secretario de Marina y la promesa de un informe más detallado, a ojos de muchos, parecen ser medidas paliativas a corto plazo.
La ausencia de un plan específico para Morelos, más allá de las generalidades de una estrategia nacional, es preocupante. La estrategia parece carecer de una alternativa clara y eficaz a la "mano dura", lo que deja una sensación de superficialidad en el abordaje de un problema arraigado. La falta de una crítica contundente a las administraciones pasadas que contribuyeron a la crisis actual agudiza esta impresión.
El contexto del anuncio también es crucial. Un informe de una universidad sueca ha señalado a México como un país en proceso de autocratización. Aunque Sheinbaum rechaza la etiqueta de autoritarismo, la falta de una respuesta clara a las preocupaciones sobre la influencia del ejecutivo en otros poderes, como la Suprema Corte, no ayuda a mitigar esas preocupaciones.
En resumen, la "estrategia de paz" para Morelos, anunciada por Sheinbaum, se enfrenta a un escepticismo considerable. La falta de detalles concretos, la ambigüedad en el manejo de la situación del fiscal, y la ausencia de un análisis profundo de las causas del problema plantean serias dudas sobre su efectividad. El tiempo dirá si esta estrategia se traduce en acciones concretas o permanece como una promesa.