La clave está en Olinia, una nueva armadora de vehículos eléctricos con una inversión inicial de 25 millones de pesos (aproximadamente US$ 1.230.518), con financiamiento público y privado. Detrás de Olinia está la visión de la Presidenta Claudia Sheinbaum, y su implementación recae en el equipo de Roberto Capuano, coordinador del proyecto, y la Secretaria de Ciencia, Rosaura Ruiz Gutiérrez.
El proyecto, que se prevé esté listo para 2030, no solo busca crear autos eléctricos, sino también generar empleos e impulsar la industria tecnológica mexicana. El Instituto Politécnico Nacional (IPN) y el Tecnológico Nacional de México aportan su expertise en ingeniería automotriz y eléctrica, bajo la coordinación de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación.
Pero, ¿qué tipo de vehículos veremos rodar por las calles de México gracias a Olinia? Se estarán desarrollando tres modelos:
- Movilidad personal: Un vehículo compacto, ideal para jóvenes, madres y como alternativa a las motocicletas, pensado para la agilidad en el tráfico urbano.
- "Movilidad de barrio": Una opción más segura, silenciosa y económica que los tradicionales mototaxis, ofreciendo un transporte público mejorado.
- Entregas de mercancía ("última milla"): Diseñado para optimizar la eficiencia y el bajo costo en las entregas a domicilio, clave para el comercio electrónico y las apps de reparto.
La ambición de Olinia no se limita a la funcionalidad. Se busca que el primer modelo esté listo para el Mundial de 2026, con un costo accesible al público, oscilando entre 90.000 y 150.000 pesos (US$ 4.500 y US$ 7.500). Este precio competitivo busca posicionar a Olinia frente a marcas internacionales ya presentes en el mercado mexicano, como BYD y Tesla. El proyecto apuesta por una plataforma modular, reduciendo costos y optimizando la producción.
El desarrollo de Olinia representa un paso significativo para México en la transición hacia un transporte más sustentable y eficiente, integrando tecnología e innovación al servicio de la movilidad urbana.