La figura central de esta pugna es la Presidenta Claudia Sheinbaum, quien durante la conferencia matutina del 8 de enero de 2025, desató una ofensiva contra lo que ella misma calificó como una "campaña de desinformación orquestada por la oposición y ciertos medios de comunicación".
El primer blanco: la información, o mejor dicho, la desinformación, sobre el precio de la gasolina. Se acusó a varios medios y comentaristas de manipular datos, usando el aumento del impuesto especial sobre producción y servicios como excusa para generar pánico. “Se Vuelan la Barda,” fue el eslogan utilizado para señalar a gasolineras con precios elevados, una estrategia claramente confrontacional.
La PROFECO fue llamada al escenario para presentar datos que, según la presidencia, muestran una disminución en el precio real de la gasolina. Esta estrategia, lejos de calmar las aguas, elevó las apuestas en el juego de la información.
Pero la gasolina no fue el único tema. La defensa de Mexicana de Aviación también ocupó un lugar central. Se desmintieron rumores sobre su inminente quiebra y una supuesta crisis de pasajeros, presentando datos que muestran un incremento en el número de pasajeros a lo largo de 2024. Esta defensa se integra en una estrategia más amplia para proteger las empresas estatales recuperadas por el gobierno actual.
Acusaciones sobre la presencia de un coronel del ejército en un evento con presuntos miembros del crimen organizado, y la falsa atribución a migrantes del atropellamiento masivo en Nueva Orleans, también fueron desmentidas con pruebas presentadas durante la conferencia. Estas acciones son presentadas como parte de una estrategia coordinada de desinformación.
El uso de "Las Mañaneras" como plataforma para este contraataque directo genera controversia. Algunos lo ven como una defensa necesaria; otros, como un ataque a la libertad de prensa. El empleo de un "detector de mentiras", aunque provee datos, genera dudas sobre la posibilidad de un debate abierto y la censura de opiniones diferentes.
La ausencia de una respuesta contundente de los medios y la oposición deja un vacío interpretativo. La narrativa oficial se presenta sin la posibilidad de un contrapunto, profundizando las sospechas sobre la falta de pluralismo en el discurso gubernamental. La polarización del debate dificulta la objetividad y la búsqueda de la verdad, dejando la tarea de verificar la información en manos de la ciudadanía.