El Presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, causó polémica durante una conferencia de prensa del martes al anunciar su intención de renombrar al Golfo de México. Esta declaración no pasó desapercibida en México. La respuesta llegó desde Palacio Nacional, de la mano de la Presidenta Claudia Sheinbaum, quien ofreció una ingeniosa contrapropuesta.
Con un mapa del mundo de 1661 como telón de fondo, la Presidenta Sheinbaum presentó una alternativa histórica: "América Mexicana". Esta propuesta se basa en evidencia histórica, señalando que este nombre se utilizaba para referirse al territorio que abarcaba una parte significativa de lo que hoy conocemos como Estados Unidos, México y Canadá. “¿Por qué no lo llamamos América Mexicana? Suena bonito, ¿no es cierto?”, dijo Sheinbaum con una sonrisa durante su conferencia de prensa del miércoles.
La propuesta fue respaldada por José Alfonso Suárez del Real, ex secretario de cultura, quien explicó que el nombre "América Mexicana" aparece en un mapa del año 1607, comisionado por la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, con sede en Ámsterdam. Además, Suárez del Real destacó la mención de este nombre en la Constitución de Apatzingán, documento fundamental de la independencia mexicana.
La mandataria mexicana aprovechó la oportunidad para refutar las declaraciones de Trump sobre el supuesto control de los cárteles de la droga en México. Sheinbaum desmintió categóricamente estas afirmaciones, señalando que se basan en información desactualizada que hace referencia al gobierno de Felipe Calderón (2006-2012) y a un ex funcionario acusado de corrupción. “Pero no,” declaró, “En México, el pueblo manda.”
El incidente ha generado una ola de comentarios en redes sociales, reavivando el debate sobre la identidad histórica y la nomenclatura geográfica en la región. El impacto a largo plazo de esta controversia, sin embargo, aún está por verse.