Sobre la calle Pedro Celestino Negrete, entre Lima y Miguel Nieto, se percibe una atmósfera cargada. Restos de cinta amarilla, testigos mudos de un evento desafortunado, aún se aprecian en las aceras. El silencio pesa, roto solo por el murmullo distante del tráfico.
Fue ahí, en ese escenario de aparente calma, donde la tragedia golpeó sin previo aviso. Abraham, un niño de tan solo 11 años, perdió la vida. Según los reportes, se dirigía a una tienda cercana cuando "fue alcanzado por un proyectil de arma de fuego", en medio de un enfrentamiento armado.
El llamado de auxilio fue inmediato, pero la llegada de los paramédicos solo confirmó lo inevitable. La herida en la cabeza del menor resultó mortal. La escena, desgarradora para quienes la presenciaron, aún permanece vívida en la memoria colectiva del vecindario.
Aunque las autoridades no han dado detalles exhaustivos, se menciona la posibilidad de que una mujer también resultó herida durante el intercambio de disparos. Sin embargo, la información oficial sobre su estado de salud aún es escasa. La investigación permanece abierta, buscando esclarecer los hechos y dar con los responsables de este lamentable suceso.
La colonia Industrial, un barrio tradicional de Monterrey, se enfrenta ahora a la consternación general. Los vecinos intentan procesar el impacto de la pérdida de un niño inocente, víctima colateral de la violencia. La huella de este hecho lamentable deja tras de sí un manto de incertidumbre y dolor.